Friday, December 5, 2008

Democracias Parlamentarias en Crisis. WARNING

Lo de las crisis empieza a estar tan oído que empieza a dejar de impactar. Cuando debería empezar a preocuparme, quizás, de mis propias crisis es más entretenido ocuparse de las de otros. Canadá está en crisis. Un gobierno en minoría recién elegido y sin capacidad de negociar con los partidos pequeños, no se le ocurre la mejor idea que intentar cortar la fuente de financiación de estos partidos para solucionar la crisis. Digo yo que por mucho que los partidos políticos gasten debe ser el chocolate del loro de la economía canadiense.

Bueno, pues el señor primer ministro se ha encontrado lo que no buscaba; todo el parlamento en oposición se ha aliado para presentar una moción de censura y apoyar al líder del principal partido de la oposición como primer ministro. ¿Y qué idea se le ha ocurrido a Mr Harper (actual jefe del ejecutivo)?.... pedir a la Gobernadora General (la representante de la Reina en Canadá y de facto Jefa del estado) que suspenda el Parlamento de inmediato para que el lunes no puedan presentar la moción de censura. Convirtiendo una democracia parlamentaria en un estado presidencialista…. Esto me suena.

Y con dos.... lo ha conseguido. Parlamento suspendido hasta finales de Enero. El principal motivo, centrarse en la economía, dejar de hacer política para dar soluciones a la crisis económica. Por cierto como gran argumento hablo del desmembramiento del país… “Canadá se rompe”, dijo. Parece que le paga la COPE.

Cuando a un jefe de gobierno africano se le ocurre hacer esto se monta la "gorda" o la “negra” (perdón, ninguno de los dos términos son políticamente correctos)...

O son los canadienses muy civilizados, o están muy cómodos en sus sillones, o los “neoliberales” han conseguido su objetivo: convencernos de que no importa quien mande y que lo importante es la ECONOMÍA. Así en mayúsculas, como si pudiese seccionarse de la política y de la sociedad. Como si la Economía por si sola fuese un valor tan intocable, noble, y necesario para la Democracia como la libertad, la igualdad, y la fraternidad.

Los principios de las democracias como las conocimos se desmoronan atacados el gran principio del “todo vale” en nombre de la ECONOMIA y la SEGURIDAD….

Es curioso, ni las máximas básicas de las democracias modernas, ni los derechos humanos, hablan de estos dos elementos como “valores”… y por arte de birlibirloque se han convertido en los principales agentes de la destrucción de las reglas del juego… Los derechos y las libertades se pueden recortar en nombre de nuestra seguridad, los parlamentos deben dejar de discutir de políticas en nombre de la economía.

Triste, muy triste. Que gran jugada, apatía política, y en la calle el “da igual”, “todos son iguales”, “políticos, buag”…

Es el fin de la democracia parlamentaria como la creímos... como la soñaron.

Quizás nunca fue como la soñaron o como nos la vendieron.

Dommage.... tellement dommage

Y los termómetros a diez bajo cero. No me extraña, es como para quedarse helado.

1 comment:

Anonymous said...

"El arte de la guerra se basa en el engaño" (El arte de la guerra, Sun Tzu, siglo V a.c.) así que no nos sorprendamos de ver maniobras para generar niebla o disiparla porque ese es el interface de la política.
De las tres opciones que mencionas pareces decantarte por "convencernos de que economía lo es todo". Quizá te hayas dejado alguna referencia al oportunismo innato en todo bicho viviente (en nuestro caso dulcificado por cierta socialización) e hiperdesarrollado en los políticos que viven de gestionar las cuentas de resultados de sus partidos convenciéndonos de su vocación de servicio.
Los primeros políticos de nuestra democracia tenían un ejercicio profesional y una dedicación política añadida; hoy vemos a políticos profesionales que comienzan su carrera cerrando sobres en la sede y aplaudiendo en los mítines con lo que mucho me temo que en los próximos años nos va a tocar mucho "arte del engaño" y una pésima política.
Cuéntanos como evolocuiona Canadá porque quizá sea un adelanto de lo que nos viene.