Sunday, November 30, 2008

te vas domingo

Cuando las mañanas amanecen lo deberían hacer para parecer lo que son.
Cuando el domingo despierta lunes se equivoca; y me equivoca.
Le cuesta a mi piel desperezarse en un domingo que huele a lunes.
Y busca (mi piel) entre el sopor y el duermevela, busca una nota que suene a domingo.
Porque sabe la piel en su interior que no, no es lunes.
¿o sí?
Y sobrecogida la piel maldice al domingo por escurrirse de entre los dedos
sin café, ni croissant, ni periódico, ni sol, ni domingo.

Termina el domingo y nieva lluvia, o llueve nieve

30 Noviembre 2002

"... son las 14:15 del 30 de noviembre del 2002, estoy solo en mitad de Etosha, en un punto que el mapa nombra Sueda.
Hace calor, mucho calor, permanezco dentro de mi coche (las normas del África civilizada)
frente a mi un ñu sentado y una manada de cebras, apenas se mueven, debe de ser el calor.
Al fondo Etosha pan, blanco y plano.
Silencio, paz
reposo, paz
tranquilidad, paz
quietud, paz
todo cuanto me rodea es paz.
¿Por qué los lugares ajenos la hombre son tan, tan tranquilos?
Suena el graznar de un ave y el rozar de mi pluma sobre el cuaderno.
Pero poco más,
no suena nada más.
Vienen nubes, muchas, esta noche lloverá... quizás refresque......"

Etosha, Sueda, diario 30 Nov 2002


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Tuesday, November 25, 2008

Memorias historicas o Historicas memorias?

En Ottawa, en el centro de la capital federal, rodeado por el parlamento, museos nacionales, y un olor a ciudad administrativa y política, se alza el War Memorial, monumento a los héroes de Canadá. Fue erigido tras la gran guerra. Esa que iba a ser la guerra que terminaría con todas las guerras. La primera mundial, como si las napoleónicas no hubieran sido mundiales. En fin, es un monumento en el que soldados y enfermeras se arrastran y levantan entre el dolor y la épica el bronce y los caballos (en aquellas guerras aun había caballos).

Lo más impactante de ese “monumento a los caídos” no es el monumento en sí, sino las figuras que llenan el resto de la plaza. En bronce a tamaño natural están todos los grandes personajes de la historia bélica de Canadá. Todos los que “lucharon” por Canadá desde los comienzos de la colonización. Y ahí están juntos Champlain (que fundó la Nouvelle-France), el General Wolfe (que destrozo a los franceses en Quebec e hizo de la Nouvelle-France una colonia británica), o el jefe de los Iroquois (que fue engañado por ambos), etc. Es decir, enemigos que lucharon cada uno con una idea totalmente diferente de lo que debía ser “Canadá” (Nueva Francia, Nueva Inglaterra, o territorio Uron…). El resultado es el Canadá que hoy conocemos y que los canadienses comparten, con sus complejos, sus debates de territorialidad, y sus errores. Con los colonos pidiendo disculpas a los colonizados, y los colonizados teniendo que tragar. Con los francófonos pidiendo independencia, y los anglófonos centralismo. Pero todos convencidos de reconocer y no olvidar su historia, y todos sabiendo reconocer que los que se murieron, no querían morirse, en el mejor de los casos solo querían un sitio mejor para vivir.

Es también en Ottawa donde se alza otro monumento. En honor a los canadienses que lucharon en la guerra civil española, los Mac-Paps , miembros del Mackenzie-Papineau Battalion. Conocidos en el Madrid del no pasarán, con un castizo “los canadiens” . Unos 1.600 hombres que se liaron al manta a la cabeza para ir a una guerra que no era la suya, 725 perdieron la vida. Detenidos y perseguidos a su regreso a Canadá, ha sido hace apenas siete años que se les ha reconocido su contribución como héroes canadienses. Al margen de sus afiliaciones políticas (muchos de ellos acabaron militando un perseguido partido comunista durante la guerra fría). Pero nadie los homenajea por comunistas, o republicanos. Se les recuerda porque son parte de la historia. Porque acertados o equivocados hipotecaron sus vidas, y sus mentes en luchar por un mundo que creían mejor. Y sobre todo se recuerdan sus nombres, porque no se puede olvidar la historia. Los pueblos que le quitan los nombres propios a su historia, la olvidan o aun peor, la relativizan.

Estos monumentos me hacen reflexionar sobre la memoria histórica, y sobre la necesidad de no borrar los nombres de las plazas y las iglesias, sino “adjuntar” los que faltan. Y para poder saber los que faltan y hacer esa lista tan larga como absurdamente larga es. Hace falta saber quiénes fueron, sus nombres, sus números y donde están. Y quizás de las listas de los pueblos debamos quitar no los nombres sino el encabezado de las listas (porque no todos murieron por Dios, sino por lo que creían justo, o por sobrevivir, o por salir del pueblo, o por miedo a decir otra cosa, o por hambre…) pero sobre todo no podemos olvidar.

Y que no nos de miedo mirarnos en el espejo de la historia, aunque en el fondo del espejo seamos un poco nosotros y nuestros abuelos a los que vemos haciendo barbaridades. Quizás sea tiempo de perdonar, o de tragar, pero no de olvidar.

Wednesday, November 19, 2008

EL mundo Plano

Hay caricias que no encojen

Lagrimas que no mojan

Gritos que no rasgan

Labios que no abarcan

Hay un mundo vacio de sentido, Plano

Sin rabia

Sin ganas

Sin odio, ni amor, ni nada

Ese mundo no me cala

No, no me cala

No moja, no llega, no excita, no mancha

Busco un mundo con pintadas

Con revolucionaria protesta

Con sentido

Con pasión

Lleno de sonrisas de carcajada

Que ensucie y limpie el alma

Busco un mundo que cambie, que gire

Veo un mundo plano

No rueda

NO, lo plano no rueda