Tuesday, November 25, 2008

Memorias historicas o Historicas memorias?

En Ottawa, en el centro de la capital federal, rodeado por el parlamento, museos nacionales, y un olor a ciudad administrativa y política, se alza el War Memorial, monumento a los héroes de Canadá. Fue erigido tras la gran guerra. Esa que iba a ser la guerra que terminaría con todas las guerras. La primera mundial, como si las napoleónicas no hubieran sido mundiales. En fin, es un monumento en el que soldados y enfermeras se arrastran y levantan entre el dolor y la épica el bronce y los caballos (en aquellas guerras aun había caballos).

Lo más impactante de ese “monumento a los caídos” no es el monumento en sí, sino las figuras que llenan el resto de la plaza. En bronce a tamaño natural están todos los grandes personajes de la historia bélica de Canadá. Todos los que “lucharon” por Canadá desde los comienzos de la colonización. Y ahí están juntos Champlain (que fundó la Nouvelle-France), el General Wolfe (que destrozo a los franceses en Quebec e hizo de la Nouvelle-France una colonia británica), o el jefe de los Iroquois (que fue engañado por ambos), etc. Es decir, enemigos que lucharon cada uno con una idea totalmente diferente de lo que debía ser “Canadá” (Nueva Francia, Nueva Inglaterra, o territorio Uron…). El resultado es el Canadá que hoy conocemos y que los canadienses comparten, con sus complejos, sus debates de territorialidad, y sus errores. Con los colonos pidiendo disculpas a los colonizados, y los colonizados teniendo que tragar. Con los francófonos pidiendo independencia, y los anglófonos centralismo. Pero todos convencidos de reconocer y no olvidar su historia, y todos sabiendo reconocer que los que se murieron, no querían morirse, en el mejor de los casos solo querían un sitio mejor para vivir.

Es también en Ottawa donde se alza otro monumento. En honor a los canadienses que lucharon en la guerra civil española, los Mac-Paps , miembros del Mackenzie-Papineau Battalion. Conocidos en el Madrid del no pasarán, con un castizo “los canadiens” . Unos 1.600 hombres que se liaron al manta a la cabeza para ir a una guerra que no era la suya, 725 perdieron la vida. Detenidos y perseguidos a su regreso a Canadá, ha sido hace apenas siete años que se les ha reconocido su contribución como héroes canadienses. Al margen de sus afiliaciones políticas (muchos de ellos acabaron militando un perseguido partido comunista durante la guerra fría). Pero nadie los homenajea por comunistas, o republicanos. Se les recuerda porque son parte de la historia. Porque acertados o equivocados hipotecaron sus vidas, y sus mentes en luchar por un mundo que creían mejor. Y sobre todo se recuerdan sus nombres, porque no se puede olvidar la historia. Los pueblos que le quitan los nombres propios a su historia, la olvidan o aun peor, la relativizan.

Estos monumentos me hacen reflexionar sobre la memoria histórica, y sobre la necesidad de no borrar los nombres de las plazas y las iglesias, sino “adjuntar” los que faltan. Y para poder saber los que faltan y hacer esa lista tan larga como absurdamente larga es. Hace falta saber quiénes fueron, sus nombres, sus números y donde están. Y quizás de las listas de los pueblos debamos quitar no los nombres sino el encabezado de las listas (porque no todos murieron por Dios, sino por lo que creían justo, o por sobrevivir, o por salir del pueblo, o por miedo a decir otra cosa, o por hambre…) pero sobre todo no podemos olvidar.

Y que no nos de miedo mirarnos en el espejo de la historia, aunque en el fondo del espejo seamos un poco nosotros y nuestros abuelos a los que vemos haciendo barbaridades. Quizás sea tiempo de perdonar, o de tragar, pero no de olvidar.

1 comment:

Anonymous said...

Buenos días o buenas tardes, que no lo sé.

Muy interesante tu blog.

Veo que te impactó África,que te gusta Canadá y que no te olvidas de donde vienes.

Veo también que sabes escribir lo que yo tengo apartado en un rincón de mi cabeza.

Ayer por la noche cenamos todos juntos.......planos muy planos.

¿Vendrás en navidad?

Un abrazo

Jesús